El artículo titulado "Nutrición infantil sostenible: beneficios y desafíos de los probióticos, prebióticos y simbióticos" es una revisión sistemática sobre el uso de estos compuestos en la nutrición infantil, destacando su impacto en la salud intestinal, el sistema inmunológico y el metabolismo de los niños. A continuación, se presentan los puntos clave:
Introducción
Los probióticos, son microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio para la salud del hospedador.
Los prebióticos, sustrato que es selectivamente utilizado por la microbiota intestinal confiriendo efectos beneficiosos para la salud del huésped.
Los simbióticos, es una mezcla que comprende microorganismos vivos y sustratos seleccionados utilizados por los microorganismos del huésped, que confiere un beneficio para la salud del huésped. Existen dos tipos de simbióticos: complementarios (mezclas de probióticos y prebióticos) y sinérgicos (mezclas de microorganismos vivos seleccionados para utilizar un sustrato coadministrado con el fin de lograr un efecto en la salud).
Estos componentes son esenciales para la digestión, la absorción de nutrientes y la regulación inmunológica en los niños.
Fuente: WGO, 2023.
Resultados principales
1. Probióticos:
Mejoran del ambiente intestinal, al refuerzo de la barrera intestinal, a la regulación a la baja de la inflamación, y a la regulación al alza de la respuesta inmune frente a desafíos antigénicos.
Se cree que estos fenómenos median la mayoría de los efectos beneficiosos, incluyendo la reducción de la incidencia y la gravedad de la diarrea, que es uno de los usos más reconocidos de los probióticos.
Benefician la microbiota alterada por el uso de antibióticos, mejorando la salud gastrointestinal.
2. Prebióticos:
Promueven una microbiota intestinal saludable, mejorando la digestión y el sistema inmunológico.
Además parece que tienen un potencial preventivo contra alergias y asma en los primeros años de vida.
Es reconocido que la fermentación de la fibra o el prebiótico que llega a la MB, lo que genera es la producción de AGCC, que es uno de los procesos fisiológicos reconocidos como los más importantes que se llevan a cabo en la MB intestinal.
Sabemos que los AGCC son fuente de energía para los colonocitos, disminuye el ph del contenido intestinal, incrementa la biodisponibilidad de minerales, dificulta la colonización de bacterias potencialmente patógenas.
Estos AGCC se absorben en el torrente sanguíneo, disminuyendo el estado inflamatorio.
Los principales AGCC que se producen son butirato, acetato y propionato.
3. Simbióticos:
Combinan las ventajas de probióticos y prebióticos, mostrando efectos prometedores en la reducción de diarreas y colitis en niños.
Pueden mejorar la función inmunológica y prevenir infecciones respiratorias.
Tabla 1:
Tabla 2:
4. Impacto en la salud general:
Modulan la microbiota intestinal, influyendo en la inmunidad y el metabolismo.
Pueden desempeñar un papel en la prevención de enfermedades como obesidad, asma y alergias.
Desafíos y consideraciones
Existe variabilidad en la eficacia según las cepas, dosis y combinaciones utilizadas.
Es necesario realizar más investigaciones para estandarizar protocolos y evaluar efectos a largo plazo.
La seguridad de estas intervenciones es generalmente alta, pero requiere un monitoreo continuo.
Conclusiones
Los probióticos, prebióticos y simbióticos son herramientas seguras y prometedoras para mejorar la salud infantil.
Se recomienda seguir investigando para determinar las dosis óptimas y personalizar las intervenciones según las necesidades individuales.
Estos compuestos representan recursos valiosos para prevenir y tratar enfermedades en niños, fomentando un desarrollo saludable.
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