Enfermedad por reflujo gastroesofágico en niños

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) en niños representa un desafío diagnóstico y terapéutico, especialmente en lactantes, debido a la inespecificidad de sus síntomas. Aunque el reflujo gastroesofágico (RGE) es común y fisiológico en esta población, la ERGE implica síntomas persistentes que afectan la calidad de vida o conllevan a complicaciones clínicas.

¿Qué ha cambiado?

Los avances recientes en el diagnóstico incluyen herramientas más precisas como el monitoreo combinado de impedancia-pH y video (Video-MII-pH), que permiten correlacionar síntomas específicos con episodios de reflujo. Este tipo de tecnología es especialmente útil en pacientes con atresia esofágica corregida o con síntomas respiratorios persistentes.

Diagnóstico diferencial y factores de riesgo

La ERGE debe distinguirse de otras patologías que pueden imitar sus síntomas, como alergia a la proteína de leche de vaca, infecciones o trastornos neurológicos. Entre los factores predisponentes destacan la prematuridad, condiciones neurológicas, y alteraciones anatómicas como la hernia hiatal.

Tratamiento: más allá de los fármacos

El abordaje debe ser individualizado, priorizando medidas no farmacológicas: cambios posturales, fórmulas espesadas o dietas hipoalergénicas. Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) siguen siendo el tratamiento farmacológico más efectivo, aunque deben usarse con cautela debido a efectos secundarios potenciales. En casos severos, la cirugía o la alimentación transpilórica son consideradas.

Conclusión

El manejo actual de la ERGE infantil requiere un enfoque integral que combine evaluación clínica detallada, uso racional de estudios diagnósticos y una estrategia terapéutica escalonada. Aún se requieren estudios adicionales para estandarizar criterios diagnósticos y optimizar las intervenciones, especialmente en poblaciones vulnerables como los lactantes y niños con comorbilidades.